El 2012 será. o más bien deberá ser, un gran año para Gran Bretaña, que se prepara para celebrar sus olimpiadas (por tercera vez con Londres como sede), las bodas de diamante de la reina Isabel II y, lo más importante a final de cuentas, el bicentenario del gran Charles Dickens. Y digo "deberá ser" porque ante la recesión económica, los barruntos secesionistas escoceses y la absurda y anquilosada actiutud de orgullo imperial con el que el ex imperio britnico suele tratar a sus socios de la UE, apostura irrisoria aun más fuera de lugar, si cabe, ante las actuales circunstancias tan adversas por las que atraviesa el viejo continente, la fiesta muy bien se le puede aguar a la soberbia Albión. En fin, hay que festejar a Dickens, un mito de la literatura y uno de los autores ingleses más influyentes, cuya importancia va más allá de la literatura.
Con motivo de este bicentenario, muchas serán las citas dedicadas a Dickens. En el ámbito cinematográfico, nos espera la nueva adaptación de ‘Grandes Esperanzas’, con los actores británicos Ralph Fiennes y Helena Bonham-Carter.
A lo largo de todo el año se verificaran, para los afortunados que puedan ir, varias exposiciones dedicadas al genial autor. En la British Library, hasta el 4 de marzo, se explorará la relación de Dickens con lo sobrenatural. El Victoria and Albert expondrá el manuscrito original de ‘David Copperfield’ (hasta el 1 de abril), en la galería de Watts de Guilford se analizará la relación del escritos con las artes visuales, y el Museo de Londres se centrará en la vida de Dickens en la capital.
“A loving heart is the truest wisdom.”
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